Él es el nuevo aprendiz y se hace llamar «Jack».
Sonrisita burlona, mirada magnética y una cara que no puedo dejar de mirar.
Un ladrón de corazones.
Soy una de las dos bomberas de nuestra estación y me lo han asignado a mí.
Dice que quiere aprender a sofocar fuegos.
Pero yo necesito que él sofoque mis deseos.
Dice que quiere aprender a rescatar personas.
Pero yo quiero que me rescate a mí.
Dice que quiere aprender a entrar a edificios en llamas.
Pero está a punto de entrar a mi corazón ardiente.
Resulta que su verdadero nombre no es Jack.
Y su intención no es trabajar de bombero.
Si todo lo que cuenta es mentira, ¿por qué lo que siento por él es tan real?
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