Es una lastima que sea odio a primera vista.
Ariana.
Mi padre intentó casarme dos veces, pero dejé a ambos idiotas plantados en el altar. Lamentablemente mi nuevo y despiadado esposo domina todo lo que ve, lo que repentinamente me incluye.
Su fría indiferencia, junto con la peligrosa chispa que se enciende entre los dos, me intriga, pero la idea del matrimonio no es una que me atraiga en lo absoluto.
Tan pronto como la tinta en nuestra licencia matrimonial se enfrié, planearé mi escape.
Damien.
Mi nueva esposa es una niña mimada que cree poder jugar conmigo, pero no tiene idea de con quien se está metiendo.
Es cierto que es una hermosa distracción, un peón en mi partida.
Un heredero es lo único que necesito de ella, y la idea de seducir a mi Reina virgen me parece deliciosa.
El problema es que me hace desear más de ella, y ese no era el plan.
Sin importar lo que diga la casamentera, un matrimonio entre la Realeza debería ser arreglado por estrategia, y no el amor.
Por eso le ofreceré la única cosa a la que no podrá resistirse... Su libertad.
 - McKenna James){kind=link}
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