Vale, a ver, ella no exige eso explícitamente, por supuesto.
Pero quiere que dirija el negocio familiar.
Lo cual no sólo me asombra a mí, sino a toda mi familia.
Sin embargo, el verdadero problema es que tengo que hacerlo junto a Jon.
Mi primer gran amor. El hombre que rompió mi corazón hace tantos años.
Este es el asunto: no me siento lista para dirigir una empresa.
¡Todavía no he estado con un hombre!
Y ahora estoy con Jon todo el tiempo, que me provoca cada vez que puede.
Lo odio por lo que me hizo...
Pero su hermosa sonrisa y sus profundos ojos azules no han perdido un mínimo de atractivo.
Cuando nuestra lucha se traslada a la cama, me hago una pregunta crítica: ¿acaso me romperán el corazón por segunda vez si le doy a Jon el regalo de ser el primero?
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